CAPÍTULO 23
DOS MESES DESPUÉS
(Beto)
S
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E OYE EL TIMBRE, a comparación de mi colegio aquí en la
ciudad de Moquegua todo es más moderno y no usan campana. El colegio es enorme e
imponente. El timbre es la señal para que pasemos al salón indicado para dar el
examen.
Sí amigos, ha llegado
el momento. Han pasado varios meses desde aquel día en que llegaron a
ofrecernos la propuesta de la beca, fueron días de estudio, de lágrimas porque
pasaron muchas dificultades y ustedes lo saben muy bien. Por otro lado, han
transcurrido cerca de dos meses desde el día en que don Ricardo me separó de
Lucecita.
El día decisivo ha
llegado. Allí estábamos sentados los finalistas de cada distrito para rendir el
examen y luchar por el único cupo para alcanzar la beca. Tengo algo de nervios
porque acabo de romper la punta de mi lápiz y no tengo tajador. Como estoy
sentado entre los primeros asientos volteo para ver quién podría prestarme su
tajador. Me levanto y me acerco a uno que tiene la cabeza rapada y usa lentes.
Su aspecto apacible (pacífico) me hizo elegirlo porque hace unos minutos tuve
unos problemas con dos postulantes muy ufanos (creídos). Mientras saco punta a
mi lápiz observo a Toño. Estaba parado en la ventana, se lo ve pensativo. Estoy
muy molesto con él.
(Toño)
Mientras espero
a que vengan los encargados para tomarnos el examen miro a través de la ventana
el enorme campo de fútbol. Recuerdo las palabras de ánimo que en algún momento me
dio el papá de Lucecita y pienso en ella. Hay muchas cosas que han cambiado en
estos dos últimos meses y no veo la hora de llegar y estar junto a ella. Jamás
pensé que llegaría a ser mi enamorada. ¿Cómo lo logré?, pues siempre consigo
mis metas y ahora se aproxima el de lograr la beca. De reojo observo al memo de
Beto quien está tajando su lápiz, si le pidió prestado a ese calvo con pinta de
nerd es porque sigue molesto conmigo y eso me importa un bledo
(Beto)
Aún no ingresan los
encargados a tomarnos el examen. Escucho el cuchicheo del par de postulantes
que hace un momento se burlaron de mí por ser de un pueblito. “Provinciano
vuelve a tu puna”, dijo con sorna (burla) uno de ellos. Es curioso como entre
nosotros que somos de un mismo país haya discriminación.
Me llaman provinciano cuando ellos también lo son, la diferencia es que yo sí
me siento orgulloso de serlo.
(Director)
Soy el director de
Toño y Beto. Ingreso al colegio donde ellos darán su examen. Veo a su tutor y
pregunto por ellos. Él vino como el encargado para acompañarlos en el viaje. Me
ve alterado. Si he viajado es porque Toño no debe dar esa evaluación. Según las
bases ni bien inicie el examen el postulante de la beca nada lo puede
descalificar. Lo único es que en el momento de la evaluación haga trampa o
intente plagiar. Debo impedir que rinda ese examen, no lo merece. Y en mis
manos está para impedirlo.
(Toño)
Dejo de pensar en
Lucecita porque me siento observado. Regreso a mi sitio y escribo en el pupitre
el nombre de ella. El par de postulantes que hace un momento se burlaron de mí
por ser provinciano me provoca llamándome “Llama”. Según ellos las llamas viven
en la altura, en la puna y ese es mi lugar. También lo molestan a Beto, pero el
muy memo con su carácter apacible (pacífico) los ignoró.
— No sabía que
las llamas sabían escribir— le comenta a su compañero y ambos ríen.
— Según esa
llamita sí— me señala.
Eso es
demasiado y no lo voy a tolerar. No me importa si pierdo la beca, pero les voy
a reventar la cara a ese par de ufanos (creídos). Me paro frente a ellos y a
uno de ellos le pido que repita su chiste en mi cara. Estoy a punto de darle un
puñete. El más belicoso
(agresivo) se pone de pie y no tiene ningún problema en responderme. “Eres una
llama”, me dice con una sonrisa burlesca. No puedo contenerme y le mando un
puñete.
(Beto)
Definitivamente Toño
no mide las consecuencias. El examen está a punto de empezar y él se busca
problemas.
Este día del examen lo
he esperado con ansias. Ustedes saben todo lo que me ha pasado en la
preparación para esta evaluación. Es el momento decisivo. Más allá del
resultado de este examen he querido contarles toda la lucha que provocó la
propuesta de una beca.
Seguramente surgirán
muchas interrogantes: ¿Qué pasó con Rodrigo?, ¿leí el sobre que él me dejó?, ¿por
qué ese afecto entre don Ricardo y Toño?, ¿se marchó Lucecita?, ¿por qué Toño
dice que Lucecita es su enamorada?, ¿por qué el director está en contra de Toño
si era su favorito?, ¿logrará impedir que dé el examen? Y por último habré
logrado la beca y de ser así, ¿qué pasará después?
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