CAPÍTULO 14
LA DECISIÓN DEL DIRECTOR
(Beto)
N
|
UNCA FUI AGRESIVO y esa mañana no sé qué
me pasó. Mi tutor siempre nos repetía que los problemas jamás se solucionan con
golpes. También creía en eso y esa mañana lo había olvidado.
LOS GOLPES
Dicen
que los problemas se solucionan
hablando
y no con los golpes.
Quien
haya dicho eso porque aún no perdió la razón
o
porque aún no le quitaran alguien valioso en su vida.
Dicen
que el ser humano pasa por una niebla,
esa
niebla borra la razón y da énfasis al corazón.
Sea
como sea quien haya dicho
que
los problemas hay que solucionarlo sin golpes
debo
admitir que tenía razón.
Porque
los golpes son un momento de niebla
un
momento donde puedes eliminar tu rabia,
un
instante donde desahogas esa ira provocada
sin dar espacio a la razón.
Solo
después vienen las consecuencias
y
esas consecuencias son otro dolor de cabeza
y
este dolor de cabeza no duran un instante
sino
son más permanentes o fatales
que
te hace arrepentirte de esos GOLPES.
Escribo
estos versos mientras espero en la dirección. Me paro y veo a Rodrigo (mi
compañero que ocupó el cuarto puesto) en la puerta, al verme desaparece. Me dio
la impresión que quería decirme algo. Él era un testigo clave. Era otra víctima
de Casimiro. Aquel sábado Rodrigo quiso prestarse mis apuntes y pasó por mi
casa. Antes de llegar vio a Toño corriendo como si huyera de algo o alguien, al
llegar se dio cuenta que no había nadie en mi casa. Le extrañó que Pastor no
haya venido a ladrarlo o saludarlo. Lo llamó silbando y oyó sus quejidos. Al
verlo moribundo buscó nuevamente si alguien estaba en mi casa. Asustado fue a
buscar ayuda a la casa de Casimiro, allí vio al veterinario. Cuando quiso
pedirle vaya a mi casa el malvado de Casimiro lo detuvo.
—
¿Te ocurre algo?, quien te viera diría que has visto a un fantasma.
Rodrigo
cometió el error de contarle lo de Pastor y que necesitaba urgente un
veterinario o morirá.
|
Rodrigo
solía ir a la casa de Casimiro para apoyarlo en sus estudios, era uno de los
más aplicados del salón. Su cuarto puesto en el concurso de la beca lo
demuestra. Si bien Casimiro era inteligente, pero era flojo en hacer las
tareas, de eso se encargaba Rodrigo y recibía un buen pago por ello.
Lo
veo en las fueras de la dirección y duda en contarme que aquel sábado vio a
Toño y por ello cree que el asesino de Pastor es mi amigo, pero no se anima. Se
sentía culpable porque pudo ayudar a Pastor y evitar su muerte.
En
la oficina del director mi tutor intenta persuadir al director y lo mismo hace
mi padre. Me asomo a la ventana y veo los alrededores de nuestra humilde
escuela. La posibilidad de perder la beca me destruye. Luché tanto por ella y
perderla de esta forma era absurdo. Pido a la virgencita me ayude a borrar mi
cólera interna. Siento mucho odio por Casimiro, si bien no ha aceptado la
acusación de Emilio estoy seguro que él mató a Pastor.
Un
día atrás a mi tutor le pareció extraño que ningún alumno caminara cerca a la
dirección. Se ausentó por un instante del compartir con sus colegas y encontró
a Emilio asustado y le comunicó sobre la paliza que di a Toño y Casimiro, al
ver que quiso decírselo al director, mi tutor lo evitó. Emilio le hizo creer
que iría al baño y al ver que mi tutor venía a detenerme se acercó a la
dirección y logró alarmar al director. Este vino y encontró a mi tutor sosteniéndome.
Observa a Casimiro y Toño ensangrentados.
—
Beto, ve a la dirección— me gritó.
Casimiro
y Toño disimulan su alegría.
El
director se queda callado y pide a mi padre se tranquilice.
—
No puede cortar los sueños de mi hijo y quitarle la posibilidad de esa beca.
—
Lo siento señor Romero, todo el alumnado ha visto la pelea y tengo que cumplir
con mi advertencia. Además, en las bases del concurso dice claramente que el
postulante debe gozar de una buena disciplina. Su hijo será suspendido por una
semana y en relación al tema de la beca ya no postulará a ella. Lo siento
mucho.
—
Señor director reconsidere su decisión por favor. Recuerde que a Toño se le disculpó
una falta similar y Beto merece otra oportunidad— interviene mi tutor en mi
ayuda.
—
Usted como tutor debe hablar sobre la violencia en su clase de tutoría.
—
Si usted le quita la posibilidad de la beca a mi hijo lo denunciaré, tengo
entendido que mientras pasó esa pelea ustedes estaban en una reunión de baile y
comida cuando estaban en hora de trabajo. Dejaron a los alumnos libres y por eso
pasó lo que pasó— mi padre amenaza al director.
|
—
Si cree que eso debe hacer, adelante hágalo— le responde tajantemente.
Por
suerte el señor Choquehuanca no estaba en el pueblo sino hubiera hecho un escándalo
por su hijo. Su mamá no quiso venir por más que Casimiro se lo pidió. Toño para
seguir como víctima no se quejó porque Lucecita se lo pidió y ella se encargó de
curarlo, ayer por la tarde lo visitó y le pidió no me acuse. Él le prometió que
jamás lo haría porque soy como su hermano.
El
director en la formación de la mañana dijo al alumnado que en la hora de la
salida daría un comunicado sobre lo sucedido. Le gustaba que lo vean como
autoridad y no estaba dispuesto a recular (retroceder) en su decisión. Papá y
mi tutor salen y el director me hace pasar para comunicarme personalmente su
decisión.
—
Si solo te suspendo una semana es porque quiero que termines el año y falta
poco para ello. En cuanto a la beca debes dejar que Toño nos represente— me
comunica tajantemente, una lágrima corre por mi mejilla.
En
vano intento persuadirlo (convencerlo). Su decisión era ley y no había nada que
hacer. Me retiro llorando de su oficina, por educación le agradecí por permitirme
terminar el año. Al salir papá quiere darme un abrazo y lo hace. Lloro en sus
brazos como un niño, ahora que por fin tengo su apoyo todo estaba perdido.
Ya
era casi la hora de salida, la campana suena y todos salen de sus salones. No
iba a quedarme, pero Rodrigo insistió en que lo haga, no quiso explicarme por qué,
pero le hice caso. Papá también se quedó para acompañarme, aunque no estaba de
acuerdo, pues mis compañeros me verían y no quería que me observaran.
El
director como ya es característico de él habla con circunloquios (rodeo
de palabras). Recalcó sus advertencias y lo importante que es la disciplina.
Esta vez no recibí encomios (halagos) sino su crítica.
—
Que les sirva como ejemplo mi decisión.
Tontamente
guarde la esperanza que el director cambiaría de opinión, pero si ya lo estaba
diciendo públicamente no había vuelta atrás.
—
Su compañero Toño será el único representante para la beca, lo siento mucho por
el estudiante Alberto, pero él está fuera de competencia por indisciplina. En
otras palabras, queda expulsado por una semana y ya no podrá acceder a la beca.
Mi
sentencia fue dictada públicamente. ¿Qué pasará ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario